MARATON DE ESPADAN. COMO NO LLUEVA LA LLEVAMOS CLARA

En primer lugar dar las gracias al gran Xufero por su apoyo, fotos, coca colas y ánimos a lo largo de la carrera. Tampoco quiero olvidarme de Geles y su hijo que vino desde Rumanía. Y los padres del Lobo, ya condicionales de los Zancadas y que aguantaron en ayunas ( el perro tampoco comió).

A las 7.20 recogemos a el Lobito antes barbas, el viaje muy animado y nos confirma que el premio al más rápido ya no lo tiene y si le podemos adelantar “ a cuenta” el del próximo año. Aunque tal como se desarrollo la carrera este año se lo tendrá que ganar.

A las 8.30 nos encontramos en la salida con Jose Manuel, y ¡¡sorpresa!! con el Xufero y Geles ( si nos lees desde Rumanía, saludos). También vemos a Abel y Laia, creo que fue la 4ª chica y eso que no corría desde la MiM ( según ella). Si la crónica la hiciera Xufero podría nombrar a más gente, creo que a toda la carrera ( la 49). La carrera se resume de forma sencilla, una primera media maratón subiendo y subiendo, hasta el Pico Espadán y una segunda parte bajando y remantando con una “tachuela” a 5 km de meta que te acaba de fundir.
En los primeros kilómetros el grupo se rompe, Jose Manuel buscando su sitio y el lobo intentando seguirle. Detrás Jose y yo guardando fuerzas para la segunda parte. A partir de la Vall de Almonacid comienza lo duro y el calor ya se nota, creo que pasamos los 25º, se sube al castillo por una senda, se baja hasta un barranco y de nuevo fuerte rampa hasta llegar a la cima. Las vistas desde el pico merecen pararse, descansar y admirar el paisaje ( Calderona, Espadán, Penyagolosa y el mar).

Quedaba en teoría la parte más sencilla, un descenso al principio muy pronunciado y después muy corredero hasta Segorbe. Pero el fuerte calor pasaba factura y los calambres comienzan a aparecer, en cada punto de avituallamiento ( cada 5 km) nos encontramos algunos abandonos y durante la carrera muchos corredores con calambres. Los últimos kilómetros vamos gestionando las fuerzas para llegar de forma digna, por lo menos correr los últimos metros. A falta de 2 km nos meten en un polvoriento cañizo, antes se supone que debió ser un rio y después de una cuesta, hacia meta.

La otra carrera si no me equivoco en el kilómetro 38cuando el lobo pensaba su triunfo, y después de ayudar a su primo y una caída, Jose Manuel le pasó como un rayo.

En fin, una prueba dura, muy bonita y que nos sirve como buen entrene para otras aventuras.

Eso si, el próximo año Jose y yo intentamos bajar de 6 horas, escrito queda.