“¡Qué nervios! ¡Qué prontito es! Cojones, que llego tarde y el Web me calienta…” Mucha tensión de buena mañana.
El primer vehículo llega con sus siete tripulantes hasta el Palacio de Congresos, donde mientras esperamos a nuestro segundo vehículo, nos obsequian con un espectáculo de puñetazos unos “Harrys” que parece ser abandonaban un “after” que hay por el lugar. ¡Qué lastimica! De ahí a por el tercer y cuarto vehículo moncadenses y para arriba tras distribuirnos en todos los coches. Decían que era por comodidad, pero lo cierto es que nos querían separar al lobo y a servidor para que no les diéramos el viajecito… Se equivocaron, llevábamos walkies.
Tras las puñeteras curvitas (luego vuelven a salir), llegamos a la Pobleta. ¡Cojones, qué frío! Con la de veces que piso yo tierras de la Serranía y no me acordaba. Recogida de chips, nos arreglamos, foto de rigor y al lío, que se hace tarde. Con los nervios ya ha pasado el frío, sobre todo para los que nos enfrentábamos a nuestra primera PRUEBA SERIA.
Salimos más o menos juntos, y rápidamente se forman los grupos según objetivos: José Manuel y el lobo (existe una leyenda sobre un parón a mitad carrera del lobo, que como siempre, cree que los geles son gominolas y luego le mueven las tripas), también Soriano, el web, Russafero, Pascual (o debo decir PASCU?), Abel, Pepe, Tatín, Vicente, José Luis y después los restantes Zancadas más o menos desordenados: un grupito con Xufero, Dani, Silvia, Javi y el que escribe y detrás el gran Héroe (asombroso lo que hace), Amparo y Antonio.
Nuestro grupo, que tratamos de independizarnos como Equipo C, dada mi condición de propietario y presidente (algunos poderes fácticos del club lo impidieron), se marcó un claro objetivo: TERMINAR, Y BIEN. Fuimos cómodos, riéndonos, haciéndonos fotos (Xufero conocía a perros y gatos), sin saber cuatro de nosotros que pasaría allá por los kms. 30-35. Territorio desconocido. El primer mosqueo serio, donde se nos borró un poco la sonrisa de la cara fue al llegar a la media: solo naranjas y agua. POR FAVOR, ORGANIZACIÓN, ESO NO SE HACE. LOS ULTIMOS SUELEN IR MAS JUSTOS DE FUERZA. Considerable enfado, sobre todo del experto Xufero , que nos decía que no era suficiente para aguantar hasta el 30. “Señor, llévame pronto”, pensé. Entre blasfemia y blasfemia, una pobre chica baja con dos nanos las escaleras, y Silvia no se corta: “Oye, nos puedes dar un plátano o algo para comer?” Y la pobre sube y nos baja dos. A repartir botín, del que también se benefició otro compañero con mala cara que pasaba por allí.
Eso nos dio fuerzas, y fuimos atacando más kms. Más fotos, buena compañía, un sano pique con un club de verde en cada avituallamiento, diciendo: “no les deis nada a los de verde, que no son de la carrera”. ¡Qué cachondos! Una vez pasado ese maravilloso cortafuegos, bautizado como “The Wall”, sentíamos que estaba hecho. Para Dani, Javi, Silvia y para mí era la primera prueba de fuego, superada, y guiada por el Xufero que se encargó de hacernos llegar enteros y con ganas de repetir otra prueba de este calibre.
A la llegada, mucha emoción. Abrazos, besos, cuéntame, cómo ha ido… Espectaculares los primeros Zancadas en llegar, los que bajan de 6 hrs. (tengo la teoría que Vicente Feliu entrena con nocturnidad y alevosía, además de ser un monstruo) y los que están cerquita, nuestro grupo, el increíble Héroe, que no dejará de asombrarnos, Amparo y Antonio… Todos. Especial mención a Abel, que cuando no se puede, no se puede, y allí estaba, con todos nosotros.
El regreso a casa, otro jolgorio con las curvitas. El lobo: “No bajes tanto la ventana”. Yo: “Me estoy mareando”. El Web: “como me potes en el coche te lo comes”. Yo: “Pues para que baje, que no respondo”. De película de Almodóvar.
Increíble día. Ya he hecho un maratón, y Pascu no podrá decirme que no he hecho pruebas serias… Gracias, a todos, hermanos. Web, Salva, lo habéis conseguido…
Red Tea