miércoles, 18 de enero de 2012

GR10 XTREM



Suena el despertador a la 3.30 de la mañana. Parece un mal sueño, pues hasta no hace mucho esa era la hora en la que uno se acostaba un viernes por la noche. ¿Qué narices hago levantándome a esa hora intempestiva? Cuando veo la ropa a mi alrededor, recuerdo que hoy es el gran día: toca correr la GR10 xtrem, es decir, mi primera carrera ultra por montaña.
A la media hora ya están pasando a por mí para desplazarnos juntos hasta Puzol. Por primera vez en su historia, los Zancadas llegan pronto a una prueba. Aún no han encendido las luces del pabellón deportivo de Puzol, donde duermen los más xtrem. Saludamos a todos los conocidos, en especial a esos dos corredores de Zancadas hechos de otra pasta que corren a un ritmo inalcanzable para nosotros, Jose Manuel y Juan Carlos. Poco a poco va llenándose de gente el Polideportivo y decidimos ponernos en la cola para la entrega de dorsal. Nuestra amiga Manoli viene a saludarnos nada más ver al nutrido grupo de los Zancadas. Con el dorsal puesto, empezamos a acoplar las mochilas. Alguna de esas mochilas, incluida la mía, parecen un baúl: rollos de papel higiénicos, el muestrario de todas las pilas que venden los chinos, guantes de esquí, una colección de geles Isostar que ya la querrían en unos grandes almacenes... Como sobra tiempo nos vamos todos los Zancadas a tomar un cafetito a la cafetería del Polideportivo. Allí, entre risas, vamos templando los ánimos. Pero como no podía ser de otra manera, la salida nos pilla de charreta, sentaditos, y hemos de correr para la foto oficial.
Comienza la prueba. Un ejército de aguerridos corredores en fila la carretera que se dirige a Monte Picayo. Cuando me doy cuenta estoy sin ningún Zancadas alrededor. No puede ser, si hemos salido juntos. Miro hacia atrás, y allí están, trajinando con las lucecitas rojas de señalización, a un paso más bien cochinero. Nos reagrupamos y todos juntos quedamos en la cola del gusano de luz que sube hasta las Peñas de Guaita. Apenas se puede correr, pero en un llano el grupo se fracciona, quedando separado por un puñado de corredores. Toca esperar para poder trepar las peñas. Algo de frío y la impresionante imagen de las luces de Valencia centelleando en la noche.
Al superar la trepada de las Peñas, “El Cuñao”, Abel y yo, que vamos por delante, nos lanzamos a correr. Estamos cómodos a ese ritmo, pero cuando llega una pronunciada bajada, “El Cuñao”, que en otra vida debió de ser cabra montesa, se lanza en tromba hacia abajo a una velocidad inalcanzable. Un chispazo de inteligencia me hace recordar la frase de mis “personal trainer ruzaferos”, “Esa no es la rueda, Vicente”. Así que de nuevo toca aminorar la marcha esperando contactar con el otro grupo. A la entrada de Segart me alcanzan el “El Web”, “Xindi”, “Troleta” y Jose. Ya no me despegaré de ellos hasta la llegada a meta, pasando un día inolvidable.
Pasamos sin dificultad las cadenas. Toca correr bajando a Barraix. Al poco de llegar al avituallamiento de Serra contactamos con Abel. En el avituallamiento, el impagable apoyo de quienes han venido a animarnos (“El Web” ya os ha nombrado en su entrada, y no voy a repetir. Pero muchas gracias a todos. Eso es afición y no sabéis los ánimos que dais con vuestra presencia. También a los que nos esperaban en Gátova, por supuesto). Manoli, de nuevo, vuelve a tratar con especial mimo a los Zancadas, gracias.
De Serra a Gatova, la mayor parte del trayecto la hacemos corriendo, excepto los repechos fuertes. Web recibe llamada de su hermano Abel, diciendo que se retira de la carrera. Una pena, y la sombra de quien será el próximo se cierne sobre el resto. Vamos corriendo más o menos juntos, con estirones aquí y allá.
En Gátova (gracias Orriols y Xufero) avituallamiento para comer. Aquí nos espera “El Cuñao”, que decide unirse al grupo. Comemos como locos: arroz, bocatas, cocacola... alguno lo veo haciéndose una litrona de cerveza. Yo habría preferido tomar un café y echar una siestecita, pero hay que seguir en ruta.
A la salida del pueblo toca el famoso “falso llano” que en su día anunció Xufero, una cuesta empinada que nos hace sudar todo lo que hemos comido. Sorprendentemente descubro que voy cómodo, incluso mejor que hace unas horas. Es mi terreno, la montaña, y aunque uno no corre le sale ahí la vena montañera que tiene. Tras el “falso llano” si toca un largo llano muy cómodo para caminar. Son 20 km. que aprovechamos para reír, hablar, disfrutar de la amistad... olvidándonos que estábamos en una carrera.
En el siguiente avituallamiento llegamos “Troleta”, Jose y yo un poco antes. Pasan los minutos y no llegan “Web”, “Xindi” y “Cuñao”. Algo debe suceder, pues no íbamos distanciados. Al rato, les vemos llegar. Hablan de una pájara, pero es “Xindi” quien, al descalzarse para ponerse un Compeed en los pies, comienza a mostrar los síntomas de su padecimiento. Picoteamos mientras se “reparan” las bambollas. Luego, envueltos por la niebla, comenzamos a caminar en dirección a Sacañet. Al poco la noche nos envuelve. “Xindi” de nuevo tiene que parar para curarse el otro pie. El crono nos ha dejado de importar, lo importante es llegar, llegar todos juntos y bien.
En Sacañet “Xindi” recurre a las manos de un médico argentino. Nos preocupa, pero como es un cabezón sabemos que tragará saliva y seguirá para adelante. “Xindi” lo negará, pero ese médico ha sido lo mejor que le ha pasado en el día. “Web”, con una rápida mirada, nos pide que continuemos adelante, mientras él espera a “Xindi”. La respuesta es unánime, ni soñarlo. Sólo faltan 16 km para meta y llegamos todos juntos o no llegamos.
Después de la cura, algo mejor, salimos de Sacañet dirigiéndonos al alto de La Bellida. La oscuridad es total, el frió comienza a colarse por las capas de ropa, pero vamos mejor, con “Xindi” más animado. Atravesamos Canales sin apenas detenernos en el avituallamiento. Sólo queremos llegar a meta y terminar los 10 km que quedan.
El tramo hasta Andilla se hace interminable, pero vamos todos juntos, riéndonos para ahuyentar al frío.
A solo 500 metros de llegar a Andilla comienzo a disminuir el ritmo, pasando a última posición del sexteto. Las fuerzas me han desaparecido en unos segundos. Una potente pájara me pilla desprevenido. He de pararme, pues noto como si me fuera a quedar frío. “Troleta” y “Xindi” están junto a mí, dándome ánimos. Oímos como los otros piden que me bajen como sea hasta donde ellos están, que sólo faltan unos metros para llegar a Andilla. Las luces, efectivamente, iluminan ya la soledad de la noche. Arrastrándome, medio aterido por el frío y la pájara, llegamos al pueblo. Allí me sacan la manta térmica de la mochila y me dan para que mame de un gel. La escena es risible, pero nadie tiene entonces ganas de reír. Nada más salir de Andilla vuelvo a notar como la pájara, igual que vino se va. Me encuentro mejor por segundos. Sólo queda un kilómetro para llegar a La Pobleta.
Unos metros antes de llegar a meta, todos juntos, nos abrazamos y felicitamos. Somos EXTREM. Borrachos de satisfacción, cruzamos la meta mientras decimos el número de dorsal. Hemos conseguido algo que se mire por donde se mire es raro, hacer 93 kilómetros en menos de 20 horas. Pero sobre todo hemos conseguido algo más importante, pasar un día inolvidable en esta prueba. Gracias Diego, Xavi, José, Nacho y Salva, habéis sido unos compañeros magníficos para esta locura.

Vicente

10 comentarios:

webmaster dijo...

Gracias Vicente, para mi también fue un placer pasar un día con todos vosotros y con las bambollas de Xindi.
Quisiera ser un pez......

Silvia Real dijo...

Me ha agradat molt la cronica de nou enhorabona valents!!!! Ara sereu ultrazancadas!!

Xato dijo...

Enhorabuena, sois unos cracks. Ave a los ultrazancadas.

Xindi dijo...

Mis bambollas y yo te queremos. Gran crónica. Muy bien-bien.

MANOLI CXM dijo...

Ultra-Zancadas-Xtrem.
Felicidades de nuevo, qué ganas de sufrir queriditos...si yo os mandara...

SALVA CUÑADO dijo...

Muy buena crónica Vicente, esta aventura ya no nos la quita nadie.

juan carlos Alcantara dijo...

Vicente enhorabuena a todos por haberla acabado y sobre todo haberla disfrutado.No se lo digas a nadie pero yo en gatova coji una bicicleta hasta canales y alli hice el cambio de nuevo.

juan carlos Alcantara dijo...

Vicente enhorabuena a todos por haberla acabado y sobre todo haberla disfrutado.No se lo digas a nadie pero yo en gatova coji una bicicleta hasta canales y alli hice el cambio de nuevo.

juan carlos Alcantara dijo...

Vicente enhorabuena a todos por haberla acabado y sobre todo haberla disfrutado.No se lo digas a nadie pero yo en gatova coji una bicicleta hasta canales y alli hice el cambio de nuevo.

webmaster dijo...

A nosotros nos llevaron en coche de Serra a Canales, y mira como acabamos.