martes, 26 de julio de 2011

CAVALLS DEL VENT – EL INFIERNO SEGÚN DANTE –



  • “Capitán, ¿cómo es Flandes? Lo he visto cientos de veces en los mapas, pero nunca he estado allí.
  • Excelencia, si el infierno existe, eso es Flandes. Hay veces que nunca sale el sol, pero cuando lo hace se excede. Hay una humedad que te corroe los huesos sin piedad. Excelencia…cuando Dios pensó en el infierno creó Flandes”.

Así describió Flandes en una de sus novelas del Capitán Alatriste, mi otrora admirado Pérez Reverte antes de convertirse en el nuevo inquisidor y reaccionario del siglo XXI. Pero esto es otro tema.

CAVALLS DEL VENT. Fue dantesco y haciendo nuestra la metáfora de Pérez Reverte, el Pirineo catalán fue nuestro Flandes.

Sufrimos de todo, ventisca furiosa castigándonos con frío, sol radiante fustigándonos sin piedad (da fe el Web con sus marcas en los brazos cuando no llevaba “manguitos”), una humedad que “calaba los huesos” y el escenario final: LA NIEBLA. Una niebla tan densa que a las tres de la madrugada no nos dejaba divisar, a escasos 50 metros, el refugio de Sant Jordi.

Tal vez esto no sea una crónica convencional pero es que después de experimentar esta vivencia, no veo muy claro caer en el típico tópico el narrar: “qué se puede hacer en menos tiempo”,” si lo preparo lo hago mejor”, “el año que viene lo hago en tres horas menos”… ¡¡¡Qué más da!!! ¿Sabéis lo que me llevo?: el espíritu sano y el ambiente que se vive en las montañas. La competición fue el infierno pero el ambiente el cielo. Quiero destacar lo bien que nos trataron en todos los refugios, pero sobre todo en el nuestro, EL REBOST (muchas gracias Alba) y en el LLUíS ESTASENY, donde nos trataron como héroes cuando se dieron cuenta que competíamos en 24 horas. Al llegar a cada refugio y decir que la modalidad en la que competíamos era la de 24 horas, la gente te hacía sentir por instantes como el propio Kilian Jornet, el cual haciendo un paralelismo es el Capitán Alatriste del siglo XXI entre otros muchos deportistas como Marcel Zamora, Eneko Llanos, Mireia Miró, David Meca… gente de distintos deportes pero todos con un denominador común: la larga distancia y por consiguiente, el sacrificio. Gente que han dado muchos triunfos al deporte español y son menos reconocidos que cualquier jugador de un equipo filial de fútbol.

Lo que más me ha cautivado fue, cuando ya de madrugada, uno de los nuestros, víctima del agotamiento y los malditos cuádriceps que no le dejaban seguir, tuvo que alojarse en un refugio que no estaba en la ruta, por lo que tuvimos que desviarnos levemente hasta allí. Al avisar de nuestra llegada y explicar el caso, nos dimos cuenta que aquello no era el refugio, era una casa particular en medio de la montaña. Pero lo gratificante y lo que define lo que quiero expresar es que lo acogían gustosamente por solidaridad: eso es la montaña.

Y, por último, descubrí lo que es correr y hacerlo en equipo: se trata de tener una empatía máxima con tus compañeros; compartir energía, ilusiones y sufrimientos; tener un compromiso moral y compartir un objetivo personal y deportivo; compartir ilusión, sentimientos, emociones…cosas que no se pueden tocar pero están ahí, que llegan cuando menos las esperas, pero las percibes, a veces en los momentos buenos y otras en los malos; saber escuchar sin decir palabra; saber gestionar los momentos difíciles. Esto me ha enseñado que la fuerza de un equipo es la fuerza del más débil en cada momento y saber aplicar a cada golpe de bastón en este caso, porque el sacrificio es épico.

En fin, en resumen, esto es lo que me llevo de CAVALLS DEL VENT. El orgullo de pasar a su leyenda y sobre todo, esa sensación de trabajar en equipo en un deporte individual.

  • Muchas gracias Diego y Abel, sin vosotros no lo hubiera conseguido.
  • Belén, gracias por ser mi fiel compañera, aguantarme, comprenderme e implicarte en todas estas “mis historias”. Soy muy afortunado de tenerte a mi lado.

          SALVA CUÑADO

6 comentarios:

vicente dijo...

Enhorabuena a los tres. Que envidia sana lo que habeís hecho. A disfrutar de la sensación

webmaster dijo...

Cada uno se queda con un momento, pero el mío será cuando no aparecía el refugio de Sant Jordi en medio de la niebla, con el garmin marcando ruta, los postes,..... y allí estaba a menos de cincuenta metros.

Red Tea dijo...

Sois grandes!!! Emocionante!!!

MANOLI CXM dijo...

Otro ratito en la montaña, gracias por compartirlo.

Anónimo dijo...

Lo bueno de las crónicas del Cuñao es que además de contarte cosas te culturizan.
Muchas felicidades a los tres.

José Manuel

Silvia dijo...

ME ha encantado esta cronica! Enhorabuena!!!!!!!!