A LA TERCERA VA LA VENCIDA!!

Abel "Las Voy a ..."

A la tercera va la vencida!!

Esta ha sido mi tercera intentona de acabar Cavalls del Vent, y por fin lo he conseguido.

Las malas lenguas dicen que prefería quedarme a dormir "calentito" antes que terminar la ruta, pero no es verdad, lo cierto es que se me llenaba la cabeza de demonios y siempre paraba en el mismo cruce... probablemente el último sitio para retirarte antes de que la noche te obligue a seguir o... seguir.

Al igual que el año pasado, ya en el viaje de ida la excursión prometía: recital de Julio Iglesias y Nino Bravo para ir calentando músculo y comidita rápida en Berga. Una vez en el albergue, esperamos a Gabi y Geles para cenar y a la cama, que tocaba despertarse a las 4:00. Como el gallinero estaba revolucionado, Abel Tran-Tran tuvo que poner orden y ya todos calladitos nos dormimos.

A las 4:00 en planta, y a las 5:00 ya estábamos pasando frío mientras subíamos al Niu de l'Aliga, primer refugio. Gabi aguantó el ritmo infernal unos 10 minutos y luego tuvo que conformarse con el suyo. Subida agradable sobre todo por el viento y la temperatura.

Los Abeles y Jose en Penyes Altes

Hasta el Serrat de les Esposes sólo cabe destacar la subida a Les Penyes Altes, con diferencia lo mejor de TODA la ruta...

Luego Cortalls d'Ingla, Prat d'Aguiló... y aquí empieza lo bueno... La subida als Gossolans ya empieza a picar en las piernas de la gente. La bajada a Lluís Estasén la hacemos suavecito para recuperar y decidimos cenar en Gressolet (gran acierto), para afrontar la parte más dura de la travesía.

Llegar a San Jordi es duro, duro... y más si lo haces de noche. Aquí ya se empezó a ver quien estaba cansado, y quien estaba muuuy cansado. Una vez en San Jordi, último reagrupamiento y a por el refugio del Rebost (por cierto José, acuérdate que hay un REPECHO a mitad etapa....).

Esto es en pocas líneas contar lo que cuesta casi un día entero hacer... los detalles los tiene cada uno en su cabeza, ahí van algunas pildoritas: los chistes del gremio que contó el lobo, los ¡¡Zascas!!, la maniobra de resucitación que por suerte no hubo que hacer a nadie, las caquitas del Xindi (y alguno más), la Sharapova, el Power-Shot con efectos secundarios, el carapapa que acabó por delante del Lobo, la finisher del Mont Blanc que estaba en el Rebost, las cervezas per cápita que nos bebimos, el "pasa por ahí" de José para que metiese el pie hasta el tobillo en el último río que cruzamos, el hervidito de D.Vicente en Berga, ¿ya he puesto a la finisher del Mont Blanc?, ver desaparecer en un segundo a Gabi y pensar que se lo ha comido un oso, los cuescos que nos comimos de otros y los que dimos a comer...

Al final te das cuenta que sí, que emociona terminar la ruta (sobre todo si llevas dos ceros en dos intentos), pero que lo mejor es el reseteo mental que haces, lo que te ríes y como, a pesar de llegar hecho polvo, ya estás pensando en el próximo fin de semana que te vas a tirar con esta panda de chalaos perdido por la montaña.

Las Voy a ....