A petición popular (bueno, de los otros cuatro Zancadas de la prueba) he decido iniciarme (ya no seré “no iniciado”) en esto de las crónicas.
Salida desde Valencia con Diego, Abel, Salva “Russafero”, y servidor, Xavi (ya os contaré el tema de los apodos en otra ocasión, culpables incluidos). Hacemos una pequeña ruta para recoger a Paco Soriano en Moncada. Ya todos preparados, nos dirigimos hacia Riba-Roja, tratando de aparcar en alguna zona cercana al polideportivo. Recogida de dorsal y a la vuelta al coche para cambiarnos, reservamos lugar para cenar, creyendo que iba a ser una odisea por la gente que se suponía que había. Sin problemas.
Llegamos a la salida de la carrera, calentamos, y ya los veteranos en esta cita decían: “No hay casi nadie”. El fútbol había dejado a muchos en casa, y realmente, éramos pocos. Empieza el lío y Paco (las malas lenguas lo apellidaron “Atabó-man”) sale delante rapidito, detrás Salva y Abel con excelentes liebres a las que ya no abandonarían, y más atrás servidor y Diego, que decide acompañarme a mi humilde ritmo.
Al principio todo felicidad: bajada continuada, pero que va y resulta que después había que subir, y encima, a lo bestia. A media cuesta interminable, y con el hígado pitando, Diego me anima: “La han hecho más dura que el año pasado”. Y creo que no íbamos ni por la mitad. Vamos avanzando todos: por delante sin problemas, yo muerto, y menos mal que mi acompañante tuvo compasión y me esperó incluso en algún momento puntual tentador que yo no sé si hubiera tirado con alguna liebre…
En fin, llegando a meta, vuelven las risas: que si a uno casi le hacemos creer que quedaba más de la mitad, preguntando a las lugareñas si quedaba mucho para terminar con el arco de meta delante: “ahí només al girar i ja esteu, vos queda poc”, animando al sprint a algunos cracks, etc.
Una vez todos reunidos en la llegada, recogida de bolsa del corredor, a por las mochilas y duchita reparadora para volar hacia la pizzería, donde pasaríamos un buen rato comentando la carrera, sus situaciones y algunos de los atípicos participantes.
Ya de vuelta, dejamos a Paco en Moncada (por cierto, no vayáis a la ermita de esa población que hay abejas, lo pone en un cartelito con cinta de precinto de la policía local. Igual esos animales saben leer y no pasan de ahí) y decidimos celebrar el fin de fiesta en el clásico Café de Ruzafa. Tras unas cervecitas y más risas y barbaridades varias compartidas, optamos por dar por finalizada la estupenda velada.
Y ya, abriendo la puerta de casa, recuerdo con nostalgia que hace muchos viernes que dejaron de emitir el maravilloso programa de J. Luis Balbín “La Clave”, por lo que no toca más que cobijarse a buen recaudo y a dormir, soñando con esas puñeteras cuestas del Camp de Túria…
Nos vemos el viernes en la cena, Zancadas.
Xavi "Red Tea"
2 comentarios:
Red Tea ha pasado a ser mi protegido, ... hizo la reserva de mesa para la cena, lucho por la gratuidad del chupito de la cena, nos invito a cervecitas, ha escrito la crónica, y además me ha regalado un jamón.
Muy bien Novicio Red Tea, a partir de ahora solo serás Red Tea.
A los amiguitos de Ribarroja ......solo decirles una palabra: cabrones.
Joder con las cuestecitas.
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